jueves, 16 de abril de 2015

GALEANO



DANIEL VIGLIETTI

PEPE MUJICA


Se fue Galeano. Su vida fue intensa, vivió en varios países, se casó tres veces, fue leído en varios idiomas, visitado por presidentes, aclamado por la izquierda europea y latinoamericana...Pero nos podía haber durado diez años más, para seguir disfrutando de su escritos, para seguir aprendiendo con su manera sencilla -que no simple- de explicar la historia y la vida, como en su ensayo "Espejos. Una historia casi universal".
 Si bien su obra "Las venas abiertas de América Latina"es considerada como la biblia del galeanismo (número uno de ventas en Amazon cuando Chávez se la regaló a Obama), el propio autor se acusó a sí mismo de "falta de formación" cuando la escribió, sin haber cumplido los treinta años.
En su querido Montevideo solía frecuentar el Café Brasilero, en la Ciudad Vieja, donde conversaba con quien se le acercara y apuntaba ideas en unas libretitas pequeñas.Era su segunda casa, o mejor, su taller, porque de allí salían sus creaciones.Él no tenía estudios superiores, se había formado en los cafés. Muchos extranjeros van a este hermoso Café esperando encontrarse con el famoso escritor. Una amiga española, en su viaje a Uruguay, empleó varias mañanas apostada allí con la esperanza de verlo. Tan grande era su interés que le dieron el correo de Galeano y consiguió tener una charla con él y que le firmara los libros que había traído desde España.
Pero ya hacía tiempo que no salía de casa por su enfermedad, y allí fue a verlo el presidente Evo Morales en su reciente visita a Montevideo y, hace un mes, también fue Mujica, quizás presintiendo que había que despedirse ya.
El velatorio se organizó en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, el más solemne edificio de la capital, el mismo en el que se recibieron hace poco a los jefes de estado asistentes a la ceremonia de cambio de gobierno. El féretro se cubría con la bandera uruguaya y era custodiado por la guardia republicana. Hasta él se acercaban personas de toda condición y edad, depositaban una carta o una flor, algunos lloraban, todos lo elogiaban. Muchas coronas de instituciones, editoriales,periódicos, del Café Brasilero, de la presidenta argentina, de la embajada de España...
Joan Manuel Serrat, amigo personal del escritor, vino desde Chile y acompañó a la viuda en el velatorio. Era tal la nube de fotógrafos que lo rodeaba que me fue imposible conseguir una buena foto del cantante. Mucho menos mediático en esta ocasión, el ex-presidente Mujica hablaba con todos y se dejaba besar por cuantas señoras se le acercaban. Sí que le pude hacer fotos (aunque no intenté besarlo) y le oí decir que "el mundo necesita de los pájaros y de los poetas".
El que pasaba más desapercibido era Daniel Viglietti, cantautor uruguayo (compositor de la famosa canción revolucionaria de los setenta "A desalambrar") de la misma generación que Galeano y amigo personal suyo,
Me dicen que en los últimos tiempos Galeano discrepó con algunas políticas del gobierno de izquierdas de Mujica, especialmente las referidas a cuestiones medioambientales (megaminería, planta de celulosa, "fracking"). Mantuvo su independencia de criterio hasta el final y
-según afirmó en una entrevista- no quiso ningún cargo para poder seguir siendo libre.
Para mayo se espera la publicación de un libro póstumo: "Mujeres"
No me lo pienso perder.
In Memoriam.

5 comentarios:

  1. Muy muy emotivo. Gracias. Un beso

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  2. Me imagino la intensidad de las emociones. Mejor dicho: no me la imagino, sino que la leo.
    Galeano, Viglietti, Mújica, Morales, Serrat... vaya ramillete de referentes en una sola crónica. Vaya ramillete. Del que daría la mitad de mi barriga por conocer, escuchar, acercarme para que algo se me pegue...
    Precioso obituario, Teresuka. Digno de alguien que sabe lo que es la vida y el compromiso con ella.

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  3. Qué entrada tan bonita y qué emotiva. Casi casi lo he podido vivir yo también. Un beso. Juanma

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  4. Hi Teresa! qué pena al oir la noticia- me imaginaba que ibas a comentanla. Tb me apunto a la lectura de Mujeres .Una copa de manzanilla va por ti. Bss Amparo

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  5. Gracias, amigos.
    Me cuenta una amiga que ella vivía hace años en el mismo barrio que Galeano y que en una ocasión que se lo encontró ella le comentó si podría ir al colegio de sus hijos a dar una charla. "Señora -le dijo- si yo aceptara todo ese tipo de propuestas que me hacen tendría que dejar de escribir". A lo que mi amiga se apresuró a responder: "No, por favor, siga escribiendo".
    Esta versión del escritor poco accesible se contradice con esta otra anécdota que me cuenta otro montevideano: Cada día, al llegar al café Brasilero, Galeano se sentaba en una mesa cerca de la ventana y le pedía al camarero el café y los "deberes", es decir, notas que le habían dejado escritas los admiradores o libros por firmar.

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